Tengo un trastorno esquizoafectivo bipolar. Cuando entré en el local donde iban a celebrar la obra no sabía qué me iba a encontrar.

La obra estaba dividida en dos partes, una en la planta inferior y otra en la superior. Me llamó la atención la distinción porque fue similar a ver en la planta inferior lo más superfluo del rasgo, con toques obscurantistas, y en la superior las emociones que nos embargan cuando tenemos cada una de las fases que atravesamos cuando nuestra salud mental se ve delicada.

Nunca había visto tanta profundidad en estos síntomas, ni me había animado a hablar sobre ello. Por lo que para mí fue un alivio verme identificada hasta tal punto en una obra de teatro.

Acudía con mi pareja, que por fin entendió qué me pasaba mientras se ponía nervioso cuando bailaba en el asiento la música de la obra, dejándome embaucar por ella.

Al final de la obra, decidí conocer los GAM y dar un paso más en el conocimiento de algo que veían con tanta naturalidad, tanto lo positivo como lo negativo.

Me ayudó a aceptarme a mí misma y a liberarme del peso del estigma propio que sentía en ese momento, de la vergüenza y la culpabilidad.

Fue una experiencia única.

Me fascinó.

Ojalá llegue a más gente y cree conciencia de lo que vivimos, de nuestras experiencias en esta y «la otra realidad» como la suelo llamar.

El teatro de los invisibles y flipas gam


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